Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1872 (2ª) (Cortes de 1872)
Sesión: 3 de junio de 1872
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 29, 597, 598
Tema: Indulto de Amorebieta

El Sr. SAGASTA (D. Práxedes Mateo): Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA (D. Práxedes Mateo): Insisto en que el Sr. Pí y Margall continúa siendo inocente, porque me parece que S. S. no creerá que desde que las elecciones tuvieron lugar hasta la sublevación, es decir, en un período de cinco días, no había tiempo para preparar una sublevación de esa importancia; más de 30.000 fusiles habían reunido, y más de 5.000 les había cogido el Gobierno. Sí, Sr. Pí y Margall, estaba ya preparada; el Pretendiente vino a ponerse al frente de sus partidarios; se había organizado el ejército, y se corrieron casi públicamente las órdenes. Si S. S. cree que por lo ocurrido en las elecciones se ha hecho [597] sublevación carlista, le declaro a S. S. archi-inocente. ¿No sabe el Sr. Pí y Margall que antes de las elecciones habían fijado el día? ¿No lo sabe S. S. por documentos carlistas y oficiales? Pues no habían acabado las elecciones, y yo, como Gobierno, lo sabía y dije: tal día se van a sublevar los carlistas; tengan entendido que el Gobierno lo sabe; y sin embargo se sublevaron. Era cosa acordada hacia muchísimo tiempo, Sr. Pí, y debía S. S. haberse hecho cargo de una cosa para no emplear un argumento que no es digno de S. S. Su señoría, hombre de talento; en efecto, S. S. que tiene una lógica inflexible para discutir aquí, no debería emplear razones que, permítame S. S., no son de buena ley por, lo absurdas. Pues si se han sublevado los carlistas porque se han cometido abusos en las elecciones, ¿por qué se han sublevado en las Provincias Vascongadas, donde no ha habido abuso ninguno, donde han campado por su respeto, y donde sólo ha habido candidatos suyos? Y no quiero decir más sobre este punto, porque supongo que el Sr. Pí y Margall estará arrepentido de haber empleado semejante argumento.

Respecto a la severidad aconsejada en el discurso de la Corona, insisto en ella, pero apruebo la magnanimidad y la clemencia del general en jefe. El que maneja la espada y sólo puede luchar con el enemigo a sangre y fuego, debe ser benigno; pero el Gobierno tiene otros deberes; y como la severidad del Gobierno es ni tan dura ni tan sangrienta como la del que maneja la espada, el Gobierno debe ser severo e inflexible, como se dice en el discurso de la Corona, y como quiere el país; porque yo debo decir ahora que si se ha aumentado el partido carlista, es por la benignidad del Gobierno, benignidad que ha empleado no sólo con el partido carlista, sino con otros partidos que están dando motivo todos los días para que se les trate con toda severidad.



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